Día Internacional de la Tartamudez: 10 mitos comunes y cómo apoyar a quienes tartamudean

Cada año, el 22 de octubre se conmemora el Día Internacional de la Tartamudez (también llamado “Día Internacional de Concienciación sobre la Tartamudez”), una jornada dirigida a visibilizar una condición que afecta aproximadamente al 1 % de la población adulta y hasta un 5 % de los niños en edad escolar. En este artículo exploramos qué es la tartamudez, por qué aún existen tantos mitos, cómo se aborda, y qué pueden hacer familiares, amigos y profesionales para crear un entorno más inclusivo.


¿Qué es la tartamudez?

La tartamudez, también llamada disfemia o espasmofrenia del habla, es un trastorno de la fluidez verbal que se caracteriza por interrupciones involuntarias del habla (repetición de sonidos, sílabas o palabras, prolongaciones, bloqueos) y suele acompañarse de tensión muscular en la cara, el cuello o la mandíbula.
Aunque puede aparecer en la infancia, en muchos casos persiste en la vida adulta y puede afectar la confianza, la comunicación social y el desempeño escolar o laboral.

¿Por qué se celebra el 22 de octubre?

La fecha fue establecida en 1998 por la Associação Internacional de Tartamudos (ISAD) (en inglés ISA, International Stuttering Association) con el apoyo de la Association for Fluency and Stuttering – IFA para concienciar a la población mundial, derribar la discriminación y promover oportunidades de participación plena para las personas que tartamudean.
El objetivo es que la sociedad entienda que tartamudear no es sinónimo de menor inteligencia ni de incapacidad, y que exista un entorno más empático y profesional para su atención.

10 mitos profundamente arraigados

Estos son algunos de los mitos más comunes y las realidades detrás de ellos:

  • Mito 1: “Tartamudear es sinónimo de poca inteligencia”.
    Realidad: No existe ninguna relación entre la tartamudez y el coeficiente intelectual. Muchas personas altamente exitosas tartamudean.
  • Mito 2: “Si la persona se relaja o respira hondo, dejará de tartamudear”.
    Realidad: La tartamudez no es simplemente nervios o ansiedad; tiene componentes genéticos, neurológicos y del desarrollo.
  • Mito 3: “Completar la frase por otro le ayuda”.
    Realidad: Interrumpir o adelantar la palabra le resta autonomía y puede aumentar la ansiedad de quien tartamudea.
  • Mito 4: “Es algo que desaparecerá por sí solo”.
    Realidad: En muchos niños el tartamudeo se resuelve, pero entre 1 % y 3 % de adultos conservan la condición.
  • Mito 5: “Solo los nerviosos tartamudean”.
    Realidad: Aunque situaciones de estrés pueden agravar los bloqueos, la causa principal es una combinación de factores biológicos y del desarrollo.
  • Mito 6: “Se arregla con pastillas o cirugía”.
    Realidad: No existe un medicamento específico para la tartamudez. El tratamiento más efectivo es terapéutico y adaptado.
  • Mito 7: “Es solo una fase infantil”.
    Realidad: Aunque muchos la superan, cuando permanece en la adolescencia o adulto, requiere atención profesional.
  • Mito 8: “Solo afecta a quienes hablan en público”.
    Realidad: Puede afectar en cualquier situación comunicativa cotidiana: al pedir un café, en el trabajo, al hablar en familia.
  • Mito 9: “El logopeda solo enseña a hablar despacio”.
    Realidad: La intervención es integral: incluye factores motores, cognitivos, emocionales y sociales para mejorar la comunicación.
  • Mito 10: “Las personas que tartamudean debería evitar hablar frente a otros”.
    Realidad: El apoyo adecuado les permite participar en clases, en reuniones, en medios e incluso liderar presentaciones públicas.

¿Cuántas personas tartamudean en el mundo?

Se estima que alrededor de un 1 % de la población adulta</ tartamudea. En la infancia, la prevalencia puede alcanzar hasta el 5%. En términos globales, más de 60 millones de personas viven con esta condición, aunque muchas no buscan tratamiento o no reciben la atención necesaria.

¿Cuáles son las causas y tipos?

La tartamudez no tiene una única causa identificada, pero se han identificado varias contribuciones:

  • Componentes genéticos: En muchos casos existe historia familiar de tartamudez.
  • Factores Neurofisiológicos: Alteraciones en la coordinación entre el pensamiento, el habla y la motricidad fina del habla.
  • Factores del desarrollo: Suele iniciarse entre los 2 y los 5 años, cuando se desarrolla el habla.
  • Factores ambientales y emocionales: Aunque no son causa principal, pueden agravar la fluidez del habla ante estrés o situaciones nuevas.

Tipos comunes de tartamudez

Los especialistas distinguen varios tipos:

  • Tartamudez del desarrollo: Es la forma más frecuente. Aparece en la infancia y puede mejorar con intervención temprana.
  • Tartamudez neurogénica: Resultado de lesión cerebral, accidente cerebrovascular u otro daño neurológico.
  • Tartamudez psicógena: Asociada a trauma emocional severo.

Tratamiento y estrategias de apoyo

El tratamiento de la tartamudez es multidisciplinario e incluye logopedia, terapia emocional, participación de la familia e intervenciones sociales.
Algunas estrategias clave:

  • Intervenir lo antes posible: En casos infantiles, la detección temprana mejora los resultados.
  • Crear entorno comunicativo comprensivo: Escuchar con paciencia, sin completar frases, sin establecer presión de tiempo.
  • Uso de tecnología y aplicaciones: Herramientas digitales que ayudan a la fluidez, la práctica y la confianza.
  • Auto-defensa y empoderamiento: Aprender a comunicar la condición, pedir comprensión y participar activamente.

¿Qué podemos hacer para apoyar?

Como familiares, amigos o profesionales puedes contribuir de varias maneras:

  • Informarte sobre la tartamudez y compartir información veraz.
  • Evitar frases como “habla despacio”, “relájate” o “tómate tu tiempo”.
  • Dar espacio para que la persona termine sus ideas sin interrupciones.
  • Incluir a las personas que tartamudean en actividades de comunicación y liderazgo.
  • Celebrar el Día 22 de octubre para generar conciencia y visibilidad.

Innovación, investigación y futuro

La investigación sobre la tartamudez continúa avanzando. Estudios recientes han identificado genes relacionados, redes cerebrales implicadas y técnicas de apoyo más modernas, incluyendo realidad virtual, biofeedback y aplicaciones móviles.
El futuro apunta a personalizar los tratamientos según el perfil genético, motriz y emocional de cada persona que tartamudea.


Redacción: Santiago Rave Herrera — Actualizado: 24/10/2025

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