Dislalia y disartria: diferencias y similitudes
La dislalia y la disartria son dos trastornos del habla que pueden afectar a personas de cualquier edad. A menudo se confunden debido a que sus síntomas pueden ser similares y, en algunos casos, incluso superpuestos. Sin embargo, es importante tener en cuenta las diferencias entre ambos para poder aplicar el tratamiento más adecuado.
Dislalia
La dislalia es un trastorno del habla que se caracteriza por las dificultades que tiene el individuo para pronunciar correctamente algunos sonidos o grupos de sonidos. A menudo se produce la sustitución de un sonido por otro, la omisión de algún sonido dentro de una palabra, la adición de algún sonido que no debería estar o la deformación de algún sonido. Este trastorno puede presentarse en diferentes niveles de gravedad y puede afectar a uno o varios sonidos.
Disartria
La disartria, por otro lado, es un trastorno neurológico que se produce debido a una lesión o disfunción del sistema nervioso central o periférico que afecta a los músculos que intervienen en el habla. Esto puede generar dificultades para pronunciar ciertos sonidos, así como para coordinar el ritmo y la intensidad del habla. Además, también puede presentarse una alteración del tono y la calidad vocal.
Diferencias y similitudes
Como se puede observar, las diferencias entre la dislalia y la disartria son muy claras. Mientras que la dislalia se relaciona con problemas en la pronunciación de los sonidos, la disartria se debe a una alteración neurológica que afecta directamente a los músculos implicados en el habla. Aunque en ambos casos es necesario acudir a un especialista para establecer un diagnóstico adecuado y aplicar el tratamiento más adecuado, la disartria tiene un pronóstico y unas posibilidades de recuperación diferentes a las de la dislalia.
Tratamiento de la dislalia y la disartria
En ambos casos, el tratamiento dependerá de la causa y del nivel de gravedad del trastorno. En el caso de la dislalia, el objetivo principal será ayudar al individuo a mejorar su pronunciación mediante una serie de ejercicios específicos que se centrarán en aquellos sonidos que presentan una mayor dificultad.
Por otro lado, en el caso de la disartria, el tratamiento se centrará en mejorar la fuerza y coordinación de los músculos implicados en el habla. Esto se puede lograr a través de la realización de ejercicios específicos, de la utilización de dispositivos de asistencia y de la terapia del habla.
Conclusiones
En definitiva, la dislalia y la disartria son trastornos diferentes que tienen en común el hecho de que afectan al habla. Es importante estar atentos a los síntomas que puedan presentar estas patologías y acudir a un especialista cuando se detecten problemas. De esta forma, se podrá establecer un diagnóstico precoz y aplicar un tratamiento eficaz para minimizar el impacto que estos trastornos puedan tener en la vida cotidiana.
Referencias
- Real Academia Nacional de Medicina. (2013). Disfonía, disartria y dislalia.
- Fernández-Villalba, E., Fernández-García, F., &de la Cruz Sánchez-Gallego, M. (2017). Rehabilitación de la disartria y otras disfunciones del habla. Masson.